Podrías pensar que estoy un poco obsesionada con el tema de la concentración, y tendrías toda la razón, en realidad es un tema que ocupa mucho mi atención e investigación y al cual le dedico estas palabras hoy esperando que, para ti, que estas invirtiendo tu tiempo en está lectura sean de mucho interés y utilidad. Espero también de todo corazón que puedas llegar al final, prometo hacerlo corto.
No es nuevo que andamos en un mundo revolucionario y fugaz, todo cambia de prisa, lo nuevo se vuelve obsoleto antes de que podamos siquiera terminar de dominarlo, nuestros móviles y pantallas están diseñados para hacernos pasar de ventana en ventana sin dedicar ni 10 segundos de atención real a algo, las tareas importantes muchas veces se congelan, se aplazan, se retrasan, se posponen, nunca se hacen porque la mente se la pasa divagando entre ventana y ventana.
¿Y nuestros hijos? Muchos padres están aparentemente conscientes del daño de exponer a sus hijos pequeños a las pantallas e intentan cualquier método para distraerlos, otros padres ponen horarios de pantalla de acuerdo a las edades de sus hijos, lo cual en un principio está bien, pero en ambos casos considero que estos intentos se quedan muy cortos ya que lo que en realidad deberíamos intentar es fomentar el poder de la concentración y la responsabilidad en nosotros mismos y por supuesto en nuestros hijos, cualquiera que sea su edad.
La concentración, esa capacidad de prestar atención con todo nuestro ser, es la base de todos los procesos cognitivos y se encarga de seleccionar, identificar, priorizar, controlar los estímulos externos y enfocar y mantener la atención en una UNICA actividad por un tiempo determinado, ya sea el necesario para culminarla o el intervalo que hemos proyectado trabajar en esa actividad.
Esto quiere decir por ende que, para incrementar nuestra capacidad de concentración, necesitamos “obligarnos” a permanecer ocupados en una actividad determinada y no prestar atención a ningún estimulo diferente.
Cuando la capacidad de concentración mejora, mejoran nuestros resultados en TODAS las actividades que realizamos, mejora nuestro tiempo de respuesta, mejora la calidad del trabajo que hacemos, mejora nuestra autoestima alimentada por nuestra permanente culminación de tareas o proyectos, mejora nuestra capacidad de aprendizaje, mejoran las relaciones interpersonales ya que estamos realmente presentes en los momentos con el otro.
¿Contra quién debemos batallar para conquistar nuestra mente y elevar nuestra capacidad de concentración? Existen poderosos enemigos que debemos atacar sin contemplación como las notificaciones de dispositivos, el ruido ambiental, las interrupciones de otras personas, nuestras propias preocupaciones y ruidos mentales, la falta de interés en la tarea y un extenso etcétera.
¿Como lo hacemos? Se puede resumir fácilmente, aunque aplicarlo no es tan fácil y requiere de compromiso y decisión real.
Establece horarios y rutinas claras para desarrollar cada una de las actividades, así no estarás brincando de la tarea a la cocina a tomar un bocadillo o a realizar la llamada que olvidaste, cada cosa tendrá su momento.
Enseña a las personas de tu entorno a respetar el tiempo propio y del otro, a no aceptar interrupciones, al principio cuesta, pero en poco tiempo los hogares o lugares de trabajo estarán más estructurados, apacibles y productivos y lo sorprendente es que el tiempo rendirá mucho mas para todos.
Aprende a tomar una cosa a la vez, aleja los pensamientos diferentes, las preocupaciones y todo lo que interrumpa y desvíe a tu mente de la tarea que esta ejecutando, de esta manera terminaras mucho antes y podrás enfocarte en lo siguiente.
Presta atención a los ruidos mentales, en muchas ocasiones el uso de videojuegos agresivos, ver permanentemente noticas, películas de guerras, etc, genera a nuestra mente un estado de perturbación que interfiere en la capacidad de concentrarnos. No es suficiente respetar el horario permitido de pantallas, es muy importante vigilar lo que se ve o se juega ya que estos incrementan los estados de agresividad y perdida del autocontrol, lo cual es totalmente contrario a lo que necesitamos para podernos concentrar: Una mente enfocada y emocionalmente tranquila.
Por último, en el tiempo libre de chicos y grandes es de suma importancia llevar a cabo actividades que en sí mismas nos ayudan a ejercitar el “musculo de la concentración”, estas incluyen la lectura, los rompecabezas, las mándalas, las sopas de letras, las manualidades, el sudoku, dibujar, pintar, escribir y muchas más.
Gracias por terminar la lectura, espero que los tips te sean útiles y te espero de regreso.
Sin más, espero que tengas un gran día,
Claudia Restrepo
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